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Un recorrido por los grandes momentos de la historia de la imaginación, por las épocas en que ha sido más fértil y creativa.La imaginación ha sido objeto de reflexión por parte de los pensadores de todos los tiempos y culturas, enfrentada o emparejada con lo material. La revolución científica intentó destruirla y reducir el mundo a lo tangible, pero, como el autor defiende, sin ella es imposible concebir aquel. Sin imaginación la historia ni siquiera existiría. En cuanto al futuro, el destino del mundo dependerá de cómo seamos capaces de imaginarlo.
El autor interpreta los ejes centrales de este diálogo mediante nueve entradas
que nos acercan a la forma de vida de los budistas, a su particular concepción
de lo humano y que son una invitación al despertar budista.
1) La existencia; que abarca a todos los seres vivos, desde las larvas hasta
los dioses. 2) El deseo; energía sagrada que mueve a los seres y a la
naturaleza entera. 3) Las ideas; inagotable manantial del deseo y sus
ilusiones. 4) La vacuidad; sosiego de las ambiciones de la representación
conceptual. 5) El lenguaje simbólico y hermético; palabras de liberación …
El autor interpreta los ejes centrales de este diálogo mediante nueve entradas
que nos acercan a la forma de vida de los budistas, a su particular concepción
de lo humano y que son una invitación al despertar budista.
1) La existencia; que abarca a todos los seres vivos, desde las larvas hasta
los dioses. 2) El deseo; energía sagrada que mueve a los seres y a la
naturaleza entera. 3) Las ideas; inagotable manantial del deseo y sus
ilusiones. 4) La vacuidad; sosiego de las ambiciones de la representación
conceptual. 5) El lenguaje simbólico y hermético; palabras de liberación que
buscan la liberación de las palabras. 6) Los medios hábiles; que oscilan entre
la elocuencia persuasiva y el despliegue de maravillas y prodigios. 7) La
meditación; que propone un diálogo entre el cuerpo y la mente y aspira a
pensar sin pensamientos. 8) El nirvana; inseparable de la noción de poder, que
despierta a los seres de su letargo. Y, finalmente, 9) el ideal humano
(bodhisattva); que hace del discernimiento y la compasión su aliento, y no
escapa del mundo, sino que permanece en él para hacerlo más habitable.
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