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La Iglesia católica habría querido que estos crímenes permanecieran ocultos o que se olvidasen. Pero en los suntuosos salones y frente al altar de la Basílica de San Pedro también se mintió, también se robó, también se mató.
Desde el emperador Constantino hasta el papa Francisco, la Iglesia católica ocultó asesinatos, estafas y sucesos desopilantes. En este libro, Ricardo Canaletti reconstruye los hechos y los narra con el estilo inconfundible y la pasión que lo convirtieron en el periodista de casos criminales más leído de la Argentina.
Canaletti esta vez recorre Alejandría, Constantinopla, Cirene, Atenas, …
La Iglesia católica habría querido que estos crímenes permanecieran ocultos o que se olvidasen. Pero en los suntuosos salones y frente al altar de la Basílica de San Pedro también se mintió, también se robó, también se mató.
Desde el emperador Constantino hasta el papa Francisco, la Iglesia católica ocultó asesinatos, estafas y sucesos desopilantes. En este libro, Ricardo Canaletti reconstruye los hechos y los narra con el estilo inconfundible y la pasión que lo convirtieron en el periodista de casos criminales más leído de la Argentina.
Canaletti esta vez recorre Alejandría, Constantinopla, Cirene, Atenas, Lombardía y Roma; consigue fuentes, archivos históricos y se remonta a la Antigüedad, pero también se mete con escándalos contemporáneos. A la filósofa Hipatia, una mujer culta e independiente, la lincharon los fanáticos instigados por el poder eclesiástico. Otra mujer se sentó en el trono de Pedro y años después parió en plena procesión. Hubo un papa al que llamaban "Satanás" y otro que había sido pirata. Durante la "pornocracia", los asuntos se resolvían con favores sexuales. Los papas eran padres de papas. Se torturó hasta la muerte para no pagar deudas. Un sumo pontífice estranguló a otro, y hubo uno más que llevó a juicio al cadáver de su antecesor. En estas páginas están los "banquetes de las castañas" que organizaba el papa Borgia. Asoman Maquiavelo, Leonardo da Vinci, Giordano Bruno. Y se busca saber qué hay detrás de la repentina y jamás investigada muerte de Juan Pablo I, que se había enfrentado a la masonería y a la corrupción demostrada con la caída del Banco Ambrosiano; y también de la desaparición -aún impune- de la jovencita Emanuela Orlandi, que une el atentado de Juan Pablo II con los servicios de inteligencia y las tumbas compradas por la delincuencia.
Crímenes sorprendentes en el Vaticano demuestra en cada caso que al demonio le sientan muy bien los lugares sagrados.
Con el estilo inconfundible que lo convirtió en el periodista de casos criminales más leído de la Argentina, Ricardo Canaletti nos introduce en las fascinantes historias de las grandes organizaciones criminales de todos los tiempos.
Detrás de las leyendas que construyeron el cine y la literatura están las historias reales de los mafiosos que vivieron (y murieron) bajo sus propias leyes: las del crimen organizado. Hicieron fortunas, se adueñaron de ciudades enteras, acumularon cadáveres y fueron intocables.
Al Capone no hubiese sido el "rey de Chicago" sin Mae, su temible esposa. Y los Kennedy …
Con el estilo inconfundible que lo convirtió en el periodista de casos criminales más leído de la Argentina, Ricardo Canaletti nos introduce en las fascinantes historias de las grandes organizaciones criminales de todos los tiempos.
Detrás de las leyendas que construyeron el cine y la literatura están las historias reales de los mafiosos que vivieron (y murieron) bajo sus propias leyes: las del crimen organizado. Hicieron fortunas, se adueñaron de ciudades enteras, acumularon cadáveres y fueron intocables.
Al Capone no hubiese sido el "rey de Chicago" sin Mae, su temible esposa. Y los Kennedy no hubiesen alcanzado el poder sin Sam "Mooney" Giancana. John Dillinger y su "Pandilla del terror" tuvieron más fama que éxitos delictivos y una gran facilidad para escapar de la cárcel. ¿Bonnie y Clyde fueron santos paganos o asesinos sin alma? Cosa Nostra empezó como una alianza entre familias, pero terminó siendo una empresa gigante con ejército propio, comandada por Lucky Luciano. La "onorata società" contó con un miembro destacado de la farándula, Frank Sinatra. El crimen organizado tuvo muchos reyes, pero dos reinas son indiscutidas: Virginia Hill y María Licciardi.
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