Quizás quisiste decir: kale
Ámsterdam es una ciudad cargada de historia, con casas de la Edad de Oro a las orillas de los míticos canales, museos con espléndidas pinturas de los antiguos maestros, bruin cafés que imbuyen esa sensación de bienestar neerlandesa y, a la vez, se sitúa a la vanguardia de la innovación tecnológica y de sostenibilidad medioambiental. Paseando o circulando en bicicleta por sus callejuelas, el viajero nunca sabe lo que va a encontrar: un parque para disfrutar del sol, algunas de las discotecas más de moda de Europa, una galería de arte, fábricas de cerveza o una tienda de diseño vintage.
Grecia brinda ruinas ancestrales bañadas por el sol bajo cielos azules, mares cálidos rozando una costa infinita y numerosas islas idílicas, además de una cultura viva, con música apasionada, una cocina maravillosa y actividades emocionantes. Aquí hunde sus raíces la cultura occidental: es posible ir al sitio donde compitieron por vez primera los olímpicos; subir antiguos escalones de piedra hasta los monasterios de Meteora; contemplar la sabiduría del oráculo desde la grandeza de Delfos; disfrutar de una obra en un teatro antiguo bajo las estrellas, y admirar las enormes esculturas de mármol sacadas del Egeo.
Bienvenidos a Japón, un país donde las tradiciones antiguas se fusionan con la vida moderna de forma natural. Las grandes urbes, con una desbordante vida callejera, luces de neón por doquier y construcciones sorprendentes, dan paso al resto del país, mucho más tranquilo, cubierto de montañas y con fuentes termales a cada paso. Viajar por Japón ofrece numerosas oportunidades de conectar con la cultura tradicional, desde alojarse en un ryokan, meditar junto a monjes budistas o aprender a batir el amargo matcha (té verde en polvo) hasta lograr que espumee.
Kioto es el Japón de antaño pero a lo grande: serenos templos, espléndidos jardines, santuarios pintorescos y geishas acudiendo a sus citas secretas. Esta ciudad, con 17 lugares declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, más de 1000 templos budistas y 400 santuarios sintoístas, es una de las más ricas del mundo a nivel cultural. Pero no todo es turístico: mientras el resto de Japón se rendía a la modernidad, Kioto permanecía aferrada a las viejas costumbres. • Cruzar el túnel mágico de las puertas bermellón del santuario de Fushimi Inari-Taisha. • Pasear de noche por el evocador distrito de Gion. • Darse el …
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