Una de las Novelas Ejemplares del Príncipe de los Ingenios Miguel de Cervantes
(1547-1616), La Gitanilla plantea el amor entre una joven gitana, que luego se
desvela pertenecer a la nobleza, y un caballero que, para poder casarse con
ella según las normas del pueblo romaní, se convierte en un miembro más de la
etnia. La trama se complica con otros ingredientes, pero, en definitiva, pone
de manifiesto asuntos plenamente actuales como el de la fusión de razas y
culturas.
El jurisconsulto malagueño Serafín Estébanez Calderón (1799-1867), que usó por
seudónimo El Solitario, es uno de los folkloristas decimonónicos más valorados
y citados hoy día. Su estilo costumbrista, que no desdeña detalles, y las
descripciones sobre el flamenco y la afición taurina, de su época, lo han
convertido en cita ineludible de los estudios sobre etnografía andaluza de la
primera mitad del siglo XIX. Tío de Antonio Cánovas del Castillo y gran amigo
de Mesonero Romanos, desarrolló, asimismo, una destacada carrera política e
intelectual. Escenas andaluzas vio la luz en Madrid (Imprenta de Baltasar
González) en 1847.
Con el nombre de Amores se ha querido englobar la colección -incompleta pero
notoria- que se ha venido prodigando en las diversas ediciones de los Cuentos
de Amor de la novelista Emilia Pardo Bazán (1851-1921) dispersos en las
postrimerías del siglo XIX en periódicos y revistas, con clamoroso éxito para
su autora. Gran conocedora de la temática amorosa (crisis, devaneos, idilios,
celos, amantes, divorcios) la autora plantea los afectos desde los más
diversos puntos de vista, eligiendo la modalidad narrativa del cuento o relato
corto, desde el cual mantiene posturas favorables a la igualdad de sexos y a
la reivindicación …
La señora Cornelia, una de las novelas ejemplares del inmortal Miguel de
Cervantes (1547-1616), plantea diversas constantes sociológicas del Siglo de
Oro (anteriores y siguientes), como los obstáculos al amor entre personas de
diferente condición económica, para quienes era indispensable poseer igualdad
de riquezas, si bien el autor enfrenta a tales condiciones el amor verdadero
en la pareja, y la persistencia, que vencen tales dificultades; y, asimismo,
el valor de la sangre y el amor materno como otras modalidades de los
sentimientos.
Los perros Cipión y Berganza, a quienes Miguel de Cervantes proporciona la
facultad nocturna de hablar para el desarrollo del coloquio, entran de lleno
en el género del relato picaresco. Incluido el texto en las Novelas Exemplares
(Madrid, 1613), la 'humanidad' animal se contrapone a la 'animalidad' humana,
motivo que sirve al autor para retratar la sociedad de su tiempo a través,
asimismo, de los diferentes personajes (los amos de los canes y otros) que los
conversadores caninos sacan a colación.
Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891) escribió
El Capitán Veneno «en ocho días, en el sitio,
fecha y circunstancia que refiere su dedicatoria
al Sr. D. Manuel Tamayo y Baus; lo publiqué, por
trozos quincenales, en la Revista Hispano-
Americana, y después se han hecho de él tres
ediciones en tomo». El volumen del que parte la
presente edición se fecha en 1881. Novela corta
de final feliz, narra la peripecia de un capitán de
recios modales y difícil trato, pero de corazón
ardiente, generoso y amable.
De esta novela ejemplar de Miguel de Cervantes (1547-1616), por su temática,
centrada en el cautiverio de cristianos en tierras del Islam, se ha pensado
que podría tener carácter autobiográfico en algunos pasajes. Basada en la
generosidad, aquí con el significado de «liberal», una de las propiedades del
amor verdadero y profundo, es prototipo del amante que desea la felicidad de
la persona amada antes que la suya propia, lo que, a la postre, le granjeará
el éxito en la empresa amatoria.
Mercedes de Velilla y Rodríguez (1852-1918), hermana del poeta y dramaturgo
José de esos apellidos, fue uno de los referentes del primer Juan Ramón
Jiménez. Su sensible e intimista voz lírica le valió el apelativo de La
Rosalía de Castro del Sur. El medio que utilizó para salvar el abismo entre
los mundos soñado y real fue la evasión -o conciencia- hacia la soledad y el
silencio. Hay en sus versos pasión dolorida, corazón apenado y un sentido
ultraterreno de fatalidad ante la muerte, que se presiente y -casi- se ansía.
Seguidora de Bécquer, su hondura amorosa llega al misticismo …
La novela Miau, de Benito Pérez Galdós (1843-1920), vio la luz en Madrid
(Imprenta de La Guirnalda) en 1888. La trama, que se desarrolla en la España
del último tercio del siglo XIX, tiene plena vigencia, al plantear el influjo
de la política en el mundo del trabajo, o, mejor dicho, de qué manera
favorece, a pesar la incompetencia para ocupar cargos públicos, arrimarse a la
política imperante como medio para medrar en sociedad, mientras que la miseria
acecha a todo aquél que, sin capacidad aduladora o arribista, se mantiene
crítico con el sistema.
El canario Benito Pérez Galdós (1843-1920) publica su célebre novela Nazarín
en 1895 (Madrid, Imprenta La Guirnalda). Frente al anticlericalismo y la
ortodoxia eclesial, el prototipo nada común del sacerdote D. Nazario (Nazarín)
plantea un tipo de religiosidad militante alejada de la práctica ordinaria,
que, aun respetando los cánones litúrgicos, logra un cuadro de costumbres y
realidades donde la negación del ser y la pobreza extrema (mendicante si no la
contrarrestara la esperanza en la providencia) tienen su espejo en los ascetas
clásicos, en yermos y privaciones, mientras que la gran ciudad se ahoga en sus
angustias temporales.
Tristana, novela de Benito Pérez Galdós (1843-1920) publicada en Madrid
(Imprenta de La Guirnalda) en 1892, es uno de los prototipos, no por ser
producto de ficción literaria, de la situación de la mujer a finales del siglo
XIX, aún vigente en algunos aspectos. Enfrentada la emoción amorosa con la
realidad económica y social, un viejo seductor, que ejerce la tutoría moral y
material de la joven y que le ofrece protección masculina pese a la
ambigüedad de la relación, se hace preferible al devaneo con un artista que,
además, pierde interés por la doncellacuando a ésta le es amputada …
El autor de Leyendas del Antiguo Oriente, Juan Valera (1824-1905), publicó
este ensayo en el tomo XIV, número 58, de la Revista de España, aparecido en
1870. Supuso una importante aportación al poco frecuentado panorama de la
temática legendaria oriental más antigua, muchos de cuyos relatos (todos muy
anteriores a las narraciones prehebraicas subsistentes) forman hoy parte del
conjunto de bienes inmateriales de la colectividad occidental.
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