Con prólogo del duque de Rivas, La familia de Alvareda (Madrid, 1856; la
primera novela escrita por su autora según Latour) colocó a Fernán Caballero,
seudónimo de Celia Böhl de Faber y Larrea (1796-1877), en los primeros puestos
de la novelística española decimonónica, en sana competencia con sus
cultivadores del sexo opuesto. Antes que situar la trama en los salones
pedantes donde la autora estaba, por nacimiento y nupcias, llamada a
desenvolverse, escoge un ambiente netamente rural donde desarrollar las
escenas, costumbristas y realistas, alejadas de cualquier sofisticación y
sometidas a rigores atávicos. Sus personajes, como imagen de la España
Publicada por vez primera en el tomo XXXVII de la Revista de España, de marzo
de 1874, y luego como libro individual aquel mismo año en Madrid, Pepita
Jiménez es la primera novela que publicó el diplomático cordobés Juan Valera
(1824-1905). Con trama de tipo cervantino, que la dota de intriga desde el
primer instante, los personajes (un seminarista y la joven viuda de un
octogenario) se inician en los vericuetos del amor de forma ingenua y
deliciosa, como no podía ser menos para la moral de la época. El relato supuso
para su autor (que contaba cincuenta años) su …
El cordobés Juan Valera (1824-1905), autor, entre otras, de Juanita la Larga y
Pepita Jiménez, novelas que le consagraron como uno de los grandes narradores
españoles de su tiempo, publica Cuentos y chascarrillos andaluces en 1896 como
aportación a los estudios de folklore que venían prodigándose en las últimas
décadas del siglo XIX, en pleno auge de esta materia en España, sistematizada
y desarrollada, sobre todo, por Antonio Machado Álvarez (Demófilo), el padre
de los poetas de ese apellido. Sin limitarse a la fría exposición de las
historietas, el autor las adoba haciendo uso de su capacidad narrativa,
convirtiéndolas en …
Fernán Caballero (1796-1877), seudónimo de Cecilia Böhl de Faber y Larrea,
publica La Gaviota en 1849, si bien la reedición de 1868 (Imprenta de F. A.
Brockhaus) tuvo mayor repercusión. Se trata de una novela de costumbres que no
desecha ocasión para introducir locuciones proverbiales, cuentos, términos
comparativos y cuantas creaciones se deben al genio popular, muy del gusto de
la autora. Esto, unido al tema en sí, donde tampoco falta la tan hispana
relación amorosadel torero y la cantante, hacen del relato un género novelesco
que anuncia, como precedente, el realismo. Los contrastes (Madrid/Sevilla-
Villamar, un pueblecito costero andaluz …
Con Fernán Caballero, seudónimo de Cecilia Böhl de Faber y Larrea (Suiza, 1796
- Sevilla, 1877) comienza, en toda su plenitud, el realismo en la narrativa
española. El breve ensayo sobre el Alcázar sevillano (La Andalucía, 1862),
descriptivo, anecdótico y de algún modo historicista (por más que la autora
reniegue de esa actitud en beneficio del impresionismo gráfico), salió a la
luz en 1863, un lustro antes de la Septembrina o Gloriosa, revolución que
destronó a Isabel II. Fue un año luctuoso para la novelista, al fallecer, por
suicidio, su marido, que la dejó sumida en graves problemas económicos. La
La adopción de emblemas no significó, necesariamente, salvo en
algunos territorios peninsulares, prueba de nobleza en la España medieval
cristiana, sino capricho, que al pasar a los hijos y de éstos a los suyos ha
sido por algunos tenido como señal de añejos privilegios. Hay que desterrar
criterios como el de Juan Flórez de Ocariz, quien en 1574 escribe que «las
armas no dan nobleza, sino proceden della, según sentir común». Las armas, en
efecto, «no dan nobleza», pero tampoco «proceden della», es decir, no se
tienen como fuente salvo contadas excepciones: cualquier individuo puede
organizarlas a su arbitrio …
Ternura, emoción y sutileza impregnan cada página de este universal libro de
estampas, que recrea, a modo de diario intemporal no autobiográfico, las
impresiones, la visión lírica, el estro sensible surgidos entre un poeta y su
confidente el burrillo Platero, al que hace protagonista literario -el otro
'yo'- de su universo interior. Juan Ramón Jiménez, escritor de pincel, mezcla
en su paleta los colores del recuerdo, donde la realidad es mínima parte de
las sensaciones, ingrávidas, gozosas, que sostienen la arquitectura de los
sentimientos, y los dispone, en maravillosas tonalidades, sobre el lienzo de
la existencia, vivida, soñada o recreada. …
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