Los perros Cipión y Berganza, a quienes Miguel de Cervantes proporciona la
facultad nocturna de hablar para el desarrollo del coloquio, entran de lleno
en el género del relato picaresco. Incluido el texto en las Novelas Exemplares
(Madrid, 1613), la 'humanidad' animal se contrapone a la 'animalidad' humana,
motivo que sirve al autor para retratar la sociedad de su tiempo a través,
asimismo, de los diferentes personajes (los amos de los canes y otros) que los
conversadores caninos sacan a colación.
Mercedes de Velilla y Rodríguez (1852-1918), hermana del poeta y dramaturgo
José de esos apellidos, fue uno de los referentes del primer Juan Ramón
Jiménez. Su sensible e intimista voz lírica le valió el apelativo de La
Rosalía de Castro del Sur. El medio que utilizó para salvar el abismo entre
los mundos soñado y real fue la evasión -o conciencia- hacia la soledad y el
silencio. Hay en sus versos pasión dolorida, corazón apenado y un sentido
ultraterreno de fatalidad ante la muerte, que se presiente y -casi- se ansía.
Seguidora de Bécquer, su hondura amorosa llega al misticismo …
Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891) escribió
El Capitán Veneno «en ocho días, en el sitio,
fecha y circunstancia que refiere su dedicatoria
al Sr. D. Manuel Tamayo y Baus; lo publiqué, por
trozos quincenales, en la Revista Hispano-
Americana, y después se han hecho de él tres
ediciones en tomo». El volumen del que parte la
presente edición se fecha en 1881. Novela corta
de final feliz, narra la peripecia de un capitán de
recios modales y difícil trato, pero de corazón
ardiente, generoso y amable.
Ternura, emoción y sutileza impregnan cada página de este universal libro de
estampas, que recrea, a modo de diario intemporal no autobiográfico, las
impresiones, la visión lírica, el estro sensible surgidos entre un poeta y su
confidente el burrillo Platero, al que hace protagonista literario -el otro
'yo'- de su universo interior. Juan Ramón Jiménez, escritor de pincel, mezcla
en su paleta los colores del recuerdo, donde la realidad es mínima parte de
las sensaciones, ingrávidas, gozosas, que sostienen la arquitectura de los
sentimientos, y los dispone, en maravillosas tonalidades, sobre el lienzo de
la existencia, vivida, soñada o recreada. …
_Poesía (en verso)_, publicado en 1923, es el resultado de parte de la obra
lírica (15 títulos) escrita por Juan Ramón Jiménez desde 1917 hasta entonces.
Englobada en su etapa 'intelectual', el autor somete al lenguaje a la pureza
de formas y ritmos para que la belleza se muestre en su plenitud, despejada,
libre de postizos; el estilo fluya libre y las cosas, podadas intensamente,
aparezcan en su aspecto concreto más sutil dentro de la abstracción metafísica
que supone juntar letras que imiten al sonido interior. Libro esencial, previo
a las concepciones metamórficas que siguieron, sumidas bajo el concepto de
Con Fernán Caballero, seudónimo de Cecilia Böhl de Faber y Larrea (Suiza, 1796
- Sevilla, 1877) comienza, en toda su plenitud, el realismo en la narrativa
española. El breve ensayo sobre el Alcázar sevillano (La Andalucía, 1862),
descriptivo, anecdótico y de algún modo historicista (por más que la autora
reniegue de esa actitud en beneficio del impresionismo gráfico), salió a la
luz en 1863, un lustro antes de la Septembrina o Gloriosa, revolución que
destronó a Isabel II. Fue un año luctuoso para la novelista, al fallecer, por
suicidio, su marido, que la dejó sumida en graves problemas económicos. La
Este trabajo de acarreo (campo y gabinete) es de los que duran toda la vida,
o, mejor dicho, de los que se 'hacen solos'. Así opinaba, también, el
folklorista Francisco Rodríguez Marín cuando en abril de 1899 mandó imprimir
sus _Mil trescientas comparaciones populares andaluzas_ recogidas de la
tradición oral. Son los antecedentes de este libro, que, sin dar cabida a un
número inconmensurable de modismos comparativos que no poseen las partículas
más que o como, exageraciones, incluso con la categoría de refranes y frases
proverbiales, usadas en el habla común de Andalucía y aún de gran parte de
España, …
La novela Miau, de Benito Pérez Galdós (1843-1920), vio la luz en Madrid
(Imprenta de La Guirnalda) en 1888. La trama, que se desarrolla en la España
del último tercio del siglo XIX, tiene plena vigencia, al plantear el influjo
de la política en el mundo del trabajo, o, mejor dicho, de qué manera
favorece, a pesar la incompetencia para ocupar cargos públicos, arrimarse a la
política imperante como medio para medrar en sociedad, mientras que la miseria
acecha a todo aquél que, sin capacidad aduladora o arribista, se mantiene
crítico con el sistema.
Novela corta del género de terror y misterio, La Mujer Alta, terminada de
escribir en agosto de 1881 por Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891), es una de
las típicas narraciones muy del gusto decimonónico, con ambientación de luz de
gas, serenos y calles solitarias, aunando realismo narrativo y prefiguraciones
fantasmales producto del miedo con el halo mistérico de la noche, donde la
mujer desdentada y con un inquietante abanico en la mano, hecha muerte o
espectro en la imaginación del protagonista, es símbolo de augurios funestos.
El jurisconsulto malagueño Serafín Estébanez Calderón (1799-1867), que usó por
seudónimo El Solitario, es uno de los folkloristas decimonónicos más valorados
y citados hoy día. Su estilo costumbrista, que no desdeña detalles, y las
descripciones sobre el flamenco y la afición taurina, de su época, lo han
convertido en cita ineludible de los estudios sobre etnografía andaluza de la
primera mitad del siglo XIX. Tío de Antonio Cánovas del Castillo y gran amigo
de Mesonero Romanos, desarrolló, asimismo, una destacada carrera política e
intelectual. Escenas andaluzas vio la luz en Madrid (Imprenta de Baltasar
González) en 1847.
El vallisoletano Alonso de Castillo Solórzano (1584-1648?), instalado en las
ciudades a donde se trasladara su mecenas y señor el marqués de los Vélez, se
adaptó a los ambientes literarios donde le tocó residir, publicando las obras,
prosísticas y poéticas, que su fértil imaginación le hizo concebir, como ésta,
en que, a pesar de su ambiente madrileño, es impresa en Barcelona, en 1631,
por Sebastián de Cormellas.
Con el nombre de Amores se ha querido englobar la colección -incompleta pero
notoria- que se ha venido prodigando en las diversas ediciones de los Cuentos
de Amor de la novelista Emilia Pardo Bazán (1851-1921) dispersos en las
postrimerías del siglo XIX en periódicos y revistas, con clamoroso éxito para
su autora. Gran conocedora de la temática amorosa (crisis, devaneos, idilios,
celos, amantes, divorcios) la autora plantea los afectos desde los más
diversos puntos de vista, eligiendo la modalidad narrativa del cuento o relato
corto, desde el cual mantiene posturas favorables a la igualdad de sexos y a
la reivindicación …
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