Fulgencio García Buendía nació en Albacete, España, en 1916.
Durante la Guerra Civil española, siendo republicano, se enroló como alumno de piloto de guerra; primero en España y después, en 1939, en la Escuela de Aviación de Kirovabad, en la URSS.
En 1941, junto con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue detenido en la URSS sin motivo ni juicio.
El grupo de veinticinco pilotos españoles que asistía al curso de aviación fue enviado, después de dos años de libertad vigilada y controlada en Moscú, a las peores cárceles y campos de concentración de la URSS de Stalin durante trece …
Fulgencio García Buendía nació en Albacete, España, en 1916.
Durante la Guerra Civil española, siendo republicano, se enroló como alumno de piloto de guerra; primero en España y después, en 1939, en la Escuela de Aviación de Kirovabad, en la URSS.
En 1941, junto con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue detenido en la URSS sin motivo ni juicio.
El grupo de veinticinco pilotos españoles que asistía al curso de aviación fue enviado, después de dos años de libertad vigilada y controlada en Moscú, a las peores cárceles y campos de concentración de la URSS de Stalin durante trece años.
Fue liberado en 1954.
De vuelta en España y antes de haber permanecido un año en su amada tierra, fue instado a entregar parte de su obra literaria, que estaba en desarrollo. Este «requerimiento» se hizo para cambiarlo por la libertad, sin problemas, para poder salir de España. Los relatos que entregó Fulgencio fueron publicados en una importante revista española de la época, e incluyen solo los dos primeros años de su permanencia en la URSS.
La conmovedora historia de los trece años restantes la leeremos en estos emocionantes relatos.
En 1955 se dirige a Chile, Sudamérica, gracias a los contactos de su hermano Juan, para poder iniciar una vida nueva.
Fulgencio García Buendía se casó con una extraordinaria mujer chilena, María Ojeda Toledo, con quien tuvo tres hijos: Trinidad, Francisco y Diego.
Hacia los años 80, Fulgencio García Buendía llegó a poseer, en Santiago de Chile, una importante fortuna en propiedades, dinero y oro.
Fulgencio García Buendía dejó de existir a los setenta y cinco años, en Santiago de Chile, el 4 de septiembre de 1991.
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