Quizás quisiste decir: camila
La patata sabe de ti es la historia de tres amigas que se reúnen para pasar las tardes de domingo.
Las tres son exitosas, las tres quieren creer que son importantes, pero pronto, al ir entrando en escenarios de conversación íntimos, irán comprendiendo que se
encuentran sumidas en una crisis existencial escondida bajo falsas apariencias.
Esta crisis escondida dará forma a distintas adicciones inconscientes de las que les será difícil salir, a no ser que despierten de su letargo vital.
Las tres mujeres presentan distintos trastornos en su intimidad: desórdenes alimenticios, adicción a conductas compulsivas, a relaciones tóxicas o al sexo.
Alguien escondido en …
En un pueblo de la zona costera del norte de España, a finales del siglo xx, un grupo de amigos quiere festejar el cincuenta cumpleaños de uno de ellos con una comida en grupo y yendo con él al pueblo donde nació. Después de la comida deciden hacer una excursión por los alrededores; surgen los pequeños problemas, la caída de Yolanda, las confesiones de Tomás, la inquietud de Elena, la abuela del grupo, por ver a su pequeña nieta... Las declaraciones amorosas de Andrés, joven, inteligente y atractivo psicólogo, a Yolanda... Charlas y confesiones que en otras condiciones jamás hubieran …
El jilguero Blas Un jilguerillo nació con el pico torcido hacia arriba, por lo cual pasaba hambre porque la comida se le caía del pico. Su padre voló buscando consejos y ayudas para salvarlo, y hasta se enfrentó al temible gavilán. Al final, él mismo encontró la solución, un sistema que después le copiaron los humanos para dar de comer a las personas enfermas. Araceli y su muñeca de trapo Areceli era una niña tan pobre que ni juguetes tenía. Su madre recogió de la basura una muñeca toda rota, la lavó, zurció y limpió y, aunque quedó hecha un …
Desde muy pequeño, la comida y yo hemos tenido una relación estrecha y directa. La línea que nos separaba era tan c eñida que hemos sido como siameses. Reprimido, atemorizado, el acoso escolar y el sobrepeso me alimentan con sentimiento de rabia, rencor, venganza. Y con diecisiete años me tiro al vacío y dejo de comer. El espejo, el cuerpo, la restricción, soñando una reencarnación que está de oferta y que termina por salirme cara. Esa cara que pudo haber sido cruz.
Aquel extremo llevó al otro, a crear otro monstruo, uno más voraz, contundente, salvaje: el atracón. Durante más de …
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