Última entrega de la bilogía «Las bodas del diablo» de Agatha Allen.

Una novela de superación, de amor y de desafíos que no dejará indiferente a sus lectores.

¿Es posible que el libro del peregrino tenga un poder infinito?

Por algo Gladis y Cara de Rosa, María y Nicolás Mercader siguen su periplo de París a Roma y a Tierra Santa en busca de un libro que se sucede a sí mismo, se reviste de poderes sobrenaturales y parece contener la clave de la felicidad.

¿Cuál es la clave de la felicidad?

¿Puede concretarse en un rostro, una mirada dulcísima, una simple sonrisa?

Los avatares que sufren los personajes de esta novela parecen no tener fin. No se arredran ante el fracaso, saben que cuando Dios cierra una puerta abre otra mejor, y aunque se lasven y se las desean con fieles y con infieles, con varones preclaros y con esbirros despiadados han puesto su meta en alcanzar la gracia del amor, en descubrir su rostro verdadero.

¿Cuál es el verdadero rostro del amor?

Esta segunda entrega de la bilogía «El mal de la guerra» será el desenlace del amor imposible, el amor compartido, el amor real.

Una novela épica de amor, de guerra, intriga y aventuras de mano de Agatha Allen.

¿Podrá Ada aceptar a Marc Rosas a pesar del extraño mal contraído en la guerra? ¿Puede Marc tener un lado oscuro y ser realmente un violador asesino?

Esta novela, continuación de La senda de las rosas, desvela al lector estas preguntas, y le atrapa en una vorágine de intriga y acción, sin dejar de ser en ningún momento real, con personajes de carne y hueso. Asistimos a la aventura del amor compartido, del amor imposible en la figura de Juan Rosas, y a la desventura de la incomprensión y la persecución, concretada en el protagonista, Marc Rosas, y en sus amigos y protectores, los llamados «buenos hombres» de la secta de los albigenses, inexorablemente hostigados hasta hacerlos desaparecer.

¿Es posible que haya justicia en la tierra? ¿Puede el odio y la ambición triunfar sobre la bondad y los ideales más puros del hombre?

Este ciclo de dos novelas llamado «El mal de la guerra» está destinado, cuando menos, a dejar una profunda huella en nuestro interior.

Una novela romántica, de acción y aventuras, escrita con la trepidante narrativa de Agatha Allen y ambientada en la maravillosa isla de Menorca.

¿Podrá Diodor conseguir el amor de doña Catalina, dama de alto copete, pese a su humilde cuna? ¿No es suficiente que él sea bizarro, ella hermosa y estén profundamente enamorados?

¿Puede un hombre emprendedor llegar a ser aceptado por una familia aristocrática?

En los amores de Diodor y Doña Catalina se entremete el doncel don Domènec, de alto linaje, y el capitán Martí Dasi, soldado de Su Majestad Británica y mujeriego empedernido, pero cuentan con el favor de Emilia, madre ajusticiada y convertida en sombra protectora de su hijo.

Asistimos al convulso siglo XVIII en la isla de Menorca, dominada alternativamente por ingleses y franceses, con un período español. Se trata dela lucha entre el absolutismo y la ilustración, que en la isla tuvo dos focos de atención contrapuestos, Ciutadella y Maó.

Pero sobre todo se trata de una novela de amor y aventuras, a través de la vida de un personaje hecho a sí mismo.

¿Acaso no le bastaría a Diodor con el amor de Moza, mujer exuberante, para llenar su ajetreada vida?

Una novela que mereció el premio Eugenio Nadal de 1985 y el premio Chianti Ruffino Antico Fattore de 1986.

Primera entrega de la serie «Las bodas del diablo».

Ciudades medievales, conventos, un sinfín de aventuras y un amor profundo que ni el mismo diablo podrá truncar, son los componentes de esta gran novela de Agatha Allen.

¿Es cosa del diablo impedir la celebración de un matrimonio?

Por algo nos hallamos en plena Edad Media, cuando Dios y el diablo tenían una presencia cotidiana en las vidas de nobles y plebeyos, campesinos y comerciantes, casados y casaderos. Pero Gladis y María están dispuestos a luchar por su amor contra corriente, porque el suyo no es un amor de conveniencia, el suyo es un amor capaz de lidiar contra todo y contra todos, un amor de los de verdad.

¿Acaso puede el rico Nicolás Mercader comprar el favor del diablo para impedir la felicidad de los amantes?

¿Cuál es el secreto del peregrino y de sulibro misterioso? En definitiva, ¿cuál es el secreto de la felicidad?

Esta novela trascurre por los escenarios medievales de ciudades y conventos a un lado y otro del Mediterráneo, y despliega un sinfín de aventuras, una acción trepidante que nos reconcilia con la lectura y nos hace disfrutar de cada palabra, de cada lance, de cada personaje, hasta el punto de identificarnos con Cara de Rosa, contrapunto del protagonista, y convertirlo en nuestro fiel compañero de fatigas.

Esta es la apasionante historia de un joven que representa a toda una generación que tuvo que enfrentarse a la apertura y los avances de un país que despierta tras la represión de la guerra civil

¿Cómo dar rienda suelta a las ansias de amor y de "conocimiento carnal" tras la dura represión de la postguerra?

El protagonista -a lo mejor tendríamos que decir con mayor propiedad «los protagonistas» puesto que de algún modo se trata de toda una generación- de esta novela tienen, literalmente, «hormigas en los pantalones» No en el sentido de inquietud que se da a la expresión en el inglés de América, ants in their pants, o tal vez no solo en ese sentido, puesto que los jóvenes de los años sesenta, los que vivieron la primera llegada de turistas, sentían la inquietud anímica de ver abrirse ante ellos un mundo nuevo -algo que la gente llamaba Democracia- y el ansia puramente sexual de descubrir la carne del sexo opuesto libre de los gravámenes de la penitencia religiosa en que fueron criados. Resultado: ¿quién sabe? A lo mejor tendríamos que buscar las consecuencias en la relajación de los tiempos posteriores.

Pero los jóvenes de los años sesenta y primeros setenta -y Mark Hale, el protagonista, entre ellos- podrían calificarse muy bien de «nuevos románticos». Todos ellos, después de las veleidades de la primera juventud, encontraron el amor romántico y fundaron familias tan estables como lo habían sido las de sus progenitores. Tal vez incluso más sinceras, porque habían conocido de cerca la tentación de lo prohibido.

Esta novela rehúye regodearse en lo sexual, lo trata con gran finura literaria y con un vocabulario muy adecuado a la época que describe; intenta retratar un trozo de vida en el que también inciden las fantasías, pero como dirían los jóvenes de entonces, y a lo mejor incluso los de ahora, «sin pasarse».

Lo que queda asegurado es el buen sabor de boca que dejará a los amantes de la lectura.