Estamos tan solos...: "Jack y yo convivíamos como hermanos desde hacía diez años y los dos, por junto o por separado, así nos considerábamos; pero la realidad era que no teníamos parentesco alguno y el eslabón que nos sostenía a ambos no existía. Siendo así y considerándolo como era, lo lógico era que yo le dijera a Jack que debía irme de su casa. Organizar mi vida. No por el afán de ser yo independiente, que ese afán no existía en mí, sino por dejar en plena libertad de acción a una persona a quien quería entrañablemente y a la …
Kay tiene veinte años y un pasado de terribles abusos. Nancy ha cumplido los veintiocho y nació en un medio lleno de miseria. Ambas tuvieron que huir de sus hogares y se vieron abocadas a la mala vida para poder subsistir, encontrando en su amistad algo de apoyo ante una juventud rota y un destino sin ilusiones. Pero un día Kay conoce a un hombre distinto. Gary es respetuoso, amable e insultantemente rico pues ha heredado una inmensa fortuna. Aunque no es capaz de corresponderle Kay se siente, por primera vez, tratada como un ser humano y empieza a ver …
Tú me llevaste a él: "El auto se deslizaba por la autopista. Y él, en vez de hacerle el amor a la chica que se sentaba a su lado, decía casi sin darse cuenta. —Mañana mandará usted a buscar el auto. Basta que lo pida a un taller. —Sí. A él le hubiera gustado preguntarle su nombre su edad, su profesión... Un montón de cosas. Y no preguntaba nada. La miraba por el rabillo del ojo. Le impresionaba mucho. Tenía un rostro mayestático. Unos ojos canela. Ya sabía el color. Canela claro. Seguramente que el rubio de su …
Otra vez contigo: "—He visitado a la madre de Tab. —¿Y bien? Sus preguntas eran cortantes, como su mirada. Pero todos sabían la gran humanidad que había bajo aquella cerrada expresión. —Considero que es grave. La tengo aquí, al otro lado, en mi consultorio. —¿De qué se trata? —No puedo asegurarlo, pues no me han enviado los análisis del laboratorio. —Adelante, Walker. ¿Qué diagnostica usted sin análisis? —Leucemia, señor. —Me lo temía. Voy para allá, Walker. Hay que encamar a esa mujer. Tal vez lleguemos a tiempo. —Me temo …
Te presento a mi marido: "—¿Qué dices? —exclamó en el colmo de la estupefacción. —Digo que Polly se ha enamorado. —¡Oh, no! —Sí, querida Zía. La joven se derrumbó en una butaca y juntó las manos entre las rodillas. Por un instante, reflexionó. —Bueno, es lógico que una joven se enamore — convino—. Pero Polly… Aun así — observó, pensativa—,¿por qué no ha de enamorarse Polly? Tiene el mismo derecho que otra mujer. — Eso he pensado yo. —Pues, entonces, ¿por qué vienes a verme? —Hemos de hablar con calma, Zía. Con …
Tendrás que recordarme: "Como la hija no decía nada, Raúl Sanjurjo añadió irritado: —¿Me has entendido o no me has entendido, Yoly? La joven titubeó No tenía nada que decirle a Juan. Él ya lo sabía de sobra. Pero aun así murmuró: —Sí, papá. —De acuerdo. Ahora puedes irte. Espero que le veas esta misma tarde y que se lo hagas saber. Creo habértelo advertido seis veces con ésta. Espero que por tu bien, será la definitiva. —Sí..., papá. Y es que titubeaba porque en seis veces, en efecto, también había dicho que sí, y …
César Santamarina de la Fuente tiene que hacerse pasar por su hermano gemelo para desencantar a una muchacha que inicia su carrera de modelo y que está saliendo con Eduardo, su hermano. Esto se debe a que, sus padres, acomodados en la alta sociedad de Cádiz, buscan para sus hijos unos matrimonios acorde con su estatus social. Esto provoca que Marta Rita, ajena a los tejemanejes de los padres de su pretendiente, se sienta confusa con la manera de actuar de Eduardo, efusivo y divertido en ocasiones, parco y serio en otras, lo cual no evita que se enamore profundamente …
No me compadezcas: "Los ojos maravillosamente verdes de Cristina vagaron indecisos por la muchedumbre allí apiñada. Sabía que a ella también la buscaban, que poco tiempo estaría sola. La mirada de muchos de los bailarines se posaba en ella con codicia, anhelante, deseosa de que el bailable acabara para tenerla a ella como pareja. Sintió asco. Volvió el recuerdo de Juan a su imaginación. Con él todo era tranquilidad y sosiego. Sabía lo que quería y a dónde iba. Sabía cómo tratar su asustado corazón. ¿Por qué se había ido así? ¿Por qué? El bailable acababa."
No creo en tu fidelidad: "La almohada sola. La cabeza de Rafa hacía una compañía enorme y su cuerpo y sus besos y caricias. Rafael resultaba demasiado posesivo. Pero a ella le gustaba que lo fuera. También le gustaba pensar en sí misma. ¡Quién iba a decirle que Kico Entrialgo iba a estar allí destinado de notario...! Había casualidades molestas. No por ella, claro. Por el pasado y por Kico mismo. Ella no tenía la culpa de nada. Es decir, sólo de haberse equivocado."
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