Moritz Fritz (1887-…) estudió Arqueología Clásica en la Universidad de Jena, su ciudad natal, y dedicó gran parte de su juventud a la reconstrucción de la antigua ciudad de Delos. En su apartamento del número 6 de Wildstraße se hallaron diversos cuadernos, tanto de su etapa griega como de su pos terior retiro en Islandia. El 12 de noviembre de 1925 se adentró en Selva Negra y se perdió su rastro.
Este libro recoge el contenido parcial de su cuaderno π; concretamente la sección Pensar / Mentir, la única completa y que da cuenta de un proyecto inacabado que incluía otras …
Un día al pasar delante de la tumba de mi padre o no lejos de allí el viento había recogido de la lápida vecina una nube demasiado baja para la estación y había vuelto a colocarla en el cielo: un gesto anodino sin duda que empujaba lo que allá arriba se encaminaba: no se oían ni bocinas ni injurias pero sobre la escala de significaciones se había inscrito un símbolo: y abajo bien abajo de lo que queda nada se había movido ni el asaltante subterráneo que nunca habla ni el centinela que sin cesar lo rechaza: nada se había movido y nada se había quedado en su lugar.
Hiroshima es el pellejo de una fiesta. Hiroshima no es lo mismo que Hirocima. Hiroshima no es lo que queda alrededor de una palmera, ni la caída de sus dátiles en la vacuidad de un all inclusive. Hiroshima es incómoda en boca, cereza en paladar, corteza en gusto. Pruebas el primer sorbo y dejas que el camarero llene la copa sin que abra una nueva botella para ti. Dices yo no entiendo de vinos - yo no entiendo de heridas sabiendo que llevaba abierta mucho tiempo. Aun así bebes del mismo vaso. Nadie se sirve una copa de Hiroshima. Nadie …
Con la finalidad que no llega a tiempo, el contenido de esta prosa para desarmar se observa a través de una tristeza coloquial. Su fuente fue la espera de un silencio blanco, su lentitud surgió desde una paciente temeridad y su destino podría ser algo más que el diálogo de nuestras codicias. Si se logra advertir alguna sensatez entre estas frases de razonados afectos, es la siguiente: en tanto nuestras vanas creencias resultan de una insolente e inadvertida ignorancia, entonces podríamos dictarnos nuevas y generosas razones; pero si nos asentamos en propuestas innegables que suponen una arrogante certeza, entonces se deberá …
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