Este libro difunde, por primera vez, los chistes que hicieron descostillar de risa a los miembros de la guardia, a los empleados de cocina, a la tropa numerosa de religiosos consagrados del Vaticano y, por supuesto, al papa Francisco, fiel a su origen rioplatense.Ahora mismo, en breves segundos, usted leerá en esta misma contratapa, en forma completamente gratuita, uno de los cuentos hilarantes, a veces flamígeros, a veces sólo angelicales, que se lucen en este volumen. Un cura va a la veterinaria y pregunta:—¿Tienen un loro?El veterinario le dice:—Es su día de suerte. Tengo un loro que es muy religioso. Venga …
Este libro difunde, por primera vez, los chistes que hicieron descostillar de risa a los miembros de la guardia, a los empleados de cocina, a la tropa numerosa de religiosos consagrados del Vaticano y, por supuesto, al papa Francisco, fiel a su origen rioplatense.Ahora mismo, en breves segundos, usted leerá en esta misma contratapa, en forma completamente gratuita, uno de los cuentos hilarantes, a veces flamígeros, a veces sólo angelicales, que se lucen en este volumen. Un cura va a la veterinaria y pregunta:—¿Tienen un loro?El veterinario le dice:—Es su día de suerte. Tengo un loro que es muy religioso. Venga para acá —y lo lleva adonde está el loro.—¿Por qué tiene las dos patas atadas? —pregunta el cura—. ¿Para que no vuele?—No, volar no vuela porque tiene las puntas de las alas cortadas. Es un milagro de Dios. Si le suelta la pata izquierda, el loro dice: "Alabado sea el Señor Todopoderoso, que creó los cielos y la tierra", y si le suelta la pata derecha, el loro dice: "Oh María, Madre mía, amparadme y guiadme".—¡Perfecto! —dice el cura—. ¿Y si le suelto las dos patas a la vez? —¡Me caigo del palo, pelotudo! —dice el loro.
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