¿Qué palabra más anhelada que el nombre de quien se quiere? ¿Qué
murmullo más audible que el que permite llamar a esa única persona? Esa
es la canción más secreta, la primera voz que puede articular quien no
sabe hablar, a la espera de que acudan a su llamado.
Rose
Turner es una joven que vive, aún, en un hogar para niños. Ha pasado
toda su infancia allí y, ahora, es el alma máter de la institución, a
quien todos recurren frente al cansancio creciente de la administradora.
Claro que no siempre ha sido así para Rose: antes, de niña, …
¿Qué palabra más anhelada que el nombre de quien se quiere? ¿Qué
murmullo más audible que el que permite llamar a esa única persona? Esa
es la canción más secreta, la primera voz que puede articular quien no
sabe hablar, a la espera de que acudan a su llamado.
Rose
Turner es una joven que vive, aún, en un hogar para niños. Ha pasado
toda su infancia allí y, ahora, es el alma máter de la institución, a
quien todos recurren frente al cansancio creciente de la administradora.
Claro que no siempre ha sido así para Rose: antes, de niña, no decía
una sola palabra. Hasta que conoció a sir William Sinclair, benefactor
del hogar, que la confortó casi sin saberlo e hizo de su nombre una
canción secreta para Rose: la primera palabra que dijo.
William
fue solo un sueño para ella, un nombre dicho en secreto, hasta que las
penurias económicas del hogar volvieron imperiosa la presencia del lord.
Junto a Rose, analiza las finanzas del establecimiento, y comprende que
la muchacha tiene sueños que no quiere soñar para no abandonar el
lugar. Casi sin pensarlo, William le ofrece que se mude a su casa y que
sea la dama de compañía de Anna, la hermana que tiene a cargo. Cree que
es algo que beneficiará a ambos.
Compelida a aceptar, Rose sabe que
cuanto más cerca esté de lo que realmente anhela, más lejos también
estará. ¿Cómo vivir con William, verlo todos los días, si no puede estar
con él como ella quiere: como un hombre y una mujer?
Claudia
Cardozo retoma aquí a dos personajes apenas esbozados en El misterio de
la rosa y los desarrolla hasta darles un universo propio, fascinante y
singular.
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