Soledad Simond cuenta cómo superó un divorcio que la dejó lastimada y en un mar de luto: "Tardé tiempo en entender que ese inevitable quiebre, que me partía al medio, era una bendición. Pero en ese momento lo vivía más bien como una maldición. No había manera de que en esta cabeza completamente lineal y lógica entrara el misterio de la evolución".
"¿Cuándo va a volver todo a la normalidad?", se pregunta en pleno duelo Soledad Simond tras separarse del hombre de su vida. ¿Quién no sintió alguna vez que luego de un cimbronazo de esos que nos derrumban nada …
Soledad Simond cuenta cómo superó un divorcio que la dejó lastimada y en un mar de luto: "Tardé tiempo en entender que ese inevitable quiebre, que me partía al medio, era una bendición. Pero en ese momento lo vivía más bien como una maldición. No había manera de que en esta cabeza completamente lineal y lógica entrara el misterio de la evolución".
"¿Cuándo va a volver todo a la normalidad?", se pregunta en pleno duelo Soledad Simond tras separarse del hombre de su vida. ¿Quién no sintió alguna vez que luego de un cimbronazo de esos que nos derrumban nada volverá a ser igual? Un divorcio, una enfermedad, una crisis, un desafío familiar son momentos bisagra que nos dejan con la sensación de que nuestra vida cambió para siempre... y para peor. Sin embargo, las transformaciones cobran sentido a su debido tiempo.
Desde una experiencia sincera y personal, la autora cuenta cómo pudo reconstruirse cuando creía que todo estaba perdido: "Tardé tiempo en entender que ese quiebre inevitable, que me partía al medio, era una bendición. Pero en ese momento lo vivía más bien como una maldición -'¡¿por qué me pasaba esto a mí?!'-. No había manera de que en esta cabeza completamente lineal y lógica entrara el misterio de la evolución".
Con el corazón y la mente abierta, Simond comparte su historia y lo que aprendió en el proceso de sanación que dio paso a una nueva vida. Además, ofrece herramientas de relajación, técnicas de respiración y sabiduría milenaria como aliados en los momentos de cambio. Pero para eso es necesario juntar valor, reconocer sobre qué estamos parados, capitalizar la experiencia y animarse a empezar de nuevo.
