Un secuestro del que, hasta el último momento, se desconocen los
motivos. Una intriga, que los personajes parecen ignorar, recorre toda
la novela, se mezcla con las preguntas que se amontonan en una charla
entre el secuestrado y el secuestrador: ¿qué sucede si la libertad que
consideramos preciada es ilusoria?; ¿qué sucede si no hay hacia dónde
escapar, si la red que nos envuelve es infinita?; ¿qué pasaría si nos
damos cuenta de que hay un poder detrás de las cosas que decide por
nosotros, un poder que elige, incluso, la existencia misma de lo que nos
rodea?
La conversación …
Un secuestro del que, hasta el último momento, se desconocen los
motivos. Una intriga, que los personajes parecen ignorar, recorre toda
la novela, se mezcla con las preguntas que se amontonan en una charla
entre el secuestrado y el secuestrador: ¿qué sucede si la libertad que
consideramos preciada es ilusoria?; ¿qué sucede si no hay hacia dónde
escapar, si la red que nos envuelve es infinita?; ¿qué pasaría si nos
damos cuenta de que hay un poder detrás de las cosas que decide por
nosotros, un poder que elige, incluso, la existencia misma de lo que nos
rodea?
La conversación entre un estudioso y un sacerdote podría
aparecer en un programa de televisión y, sin embargo, se da en una
pequeña celda de una iglesia, en la que el secuestrador le pide que se
vaya, y de la que el secuestrado no quiere irse.
Además, una
viuda negadora y un exconvicto de clase media alta buscan al que ha sido
raptado y se topan con una prostituta rebelde, con una orden
eclesiástica disidente, con un artista del porno. Entre una comedia de
salón y una de enredos, en clave policial, los improvisados
investigadores recorren los pilares del dogma religioso, las vicisitudes
de una productora de pornografía, las reglas naturalizadas por la
sociedad desde las góndolas del supermercado hasta el Big Data.
El
rapto, además de un secuestro, también puede ser un lapsus, un
arrebato, una forma del azar capaz de urdir una trama más elaborada que
todos los cálculos y previsiones de quienes quieren controlar la ilusión
de la libertad. Como quien lanza una piedra al aire y no puede medir
las consecuencias de ese acto. Con ese infinito de posibilidades la
novela sorprende y atrapa al lector.
Miriam Molero, de larga
trayectoria periodística, tiene en El rapto un debut en la literatura
que no podría ser más auspicioso: una novela que mezcla la intriga con
el humor, la reflexión con el desparpajo para mostrarnos un mundo en el
que todos estamos interconectados.
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