Una novela que nos entrega una mirada actual sobre el amor, el deseo y las relaciones.El vértigo, el mismo que siente cada vez que se asoma por una ventana en altura o cuando sus pies se acercan a la orilla en el andén del metro. Piensa en Pablo y lo sorprendido, confundido que debe haberse sentido al volver con el merlot abierto y no haberla encontrado en ninguna parte. Tomar el celular y notar que no hay llamadas ni mensajes suyos. Tal vez también sintió alivio, tal vez deseaba ser abandonado."Estas páginas nos sumergen en un viaje introspectivo por las …
Una novela que nos entrega una mirada actual sobre el amor, el deseo y las relaciones.El vértigo, el mismo que siente cada vez que se asoma por una ventana en altura o cuando sus pies se acercan a la orilla en el andén del metro. Piensa en Pablo y lo sorprendido, confundido que debe haberse sentido al volver con el merlot abierto y no haberla encontrado en ninguna parte. Tomar el celular y notar que no hay llamadas ni mensajes suyos. Tal vez también sintió alivio, tal vez deseaba ser abandonado."Estas páginas nos sumergen en un viaje introspectivo por las tribulaciones de una mujer en crisis, erosionada por los ecos de una niñez que se resiste a dejar ir y una madurez que no termina de llegar. Un viaje excitante como todo lo prohibido, terrorífico y certero. Un viaje al fondo de uno mismo" (Camilo Becerra)."En su segunda novela, Carmen Galdames consolida su voz femenina y singular para las letras locales. Es contemporánea y, por momentos, parece de otra época, persiste en aquello que se calla; molesta, excita, describe y nos sumerge en ello.En El amor acaba apuesta por una mujer casada y aburrida: tullida, infiel, insatisfecha, sin hijos, dañada y a la deriva, privilegiada y adicta a la masturbación, que de pronto deja a su marido. Lo que parte como una road movie urbana se transforma en un loop, que por momentos asfixia sin dejar de mantener la tensión. Sara, la protagonista, se alza como símbolo de la chica mala que se vincula con todo aquello que no debería, pero lo hace igual. El lector, convertido en voyerista, accede a personajes que revelan no poco de la soledad actual y el complicado estado de las cosas.Una novela que no busca que la quieran, pero que seduce de todos modos" (Alberto Fuget).
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