El agua y el suelo son dos recursos naturales estratégicos e imprescindibles para la vida que contribuyen a la nutrición humana y animal y a la seguridad alimentaria a partir de alimentos de calidad procedentes de la actividad agrícola. Por tanto, su uso racional y un correcto manejo de ambos es indispensable para conseguir la ansiada Agricultura Sostenible, capaz de contribuir al progreso socioeconómico y garantizar el desarrollo de las generaciones venideras.En este contexto, la fertilidad del suelo se puede definir como la capacidad del mismo para promover el crecimiento de las plantas y optimizar el desarrollo de los cultivos, …
El agua y el suelo son dos recursos naturales estratégicos e imprescindibles para la vida que contribuyen a la nutrición humana y animal y a la seguridad alimentaria a partir de alimentos de calidad procedentes de la actividad agrícola. Por tanto, su uso racional y un correcto manejo de ambos es indispensable para conseguir la ansiada Agricultura Sostenible, capaz de contribuir al progreso socioeconómico y garantizar el desarrollo de las generaciones venideras.En este contexto, la fertilidad del suelo se puede definir como la capacidad del mismo para promover el crecimiento de las plantas y optimizar el desarrollo de los cultivos, para cuya evaluación, el análisis de suelos agrícolas y aguas de riego constituye una herramienta fundamental de diagnóstico. Por ello, la determinación analítica de los macro y micronutrientes esenciales en el suelo, imprescindibles para el desarrollo vegetal, así como la de la calidad del agua a emplear, necesaria para la nutrición mineral de la planta, resulta de especial importancia para valorar el rendimiento agrícola y perfilar las pautas de fertilización más adecuadas. Con la publicación de esta obra titulada Análisis de suelos y aguas. Aplicación agrícola, dirigida a estudiantes y profesionales del sector, los autores han intentado recopilar todos aquellos métodos de análisis físico-químico e instrumental capaces de estimar la calidad de suelos y aguas al objeto de conseguir la máxima producción agrícola con base en los conocimientos actuales. Por último, y no menos importante, la evaluación de la contaminación de suelos y aguas por los denominados “contaminantes emergentes” es fundamental para evitar, en la medida de lo posible, efectos perjudiciales sobre la salud humana y el medio ambiente.
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